Sus ojos.

Sonríe mi amor,
Sal, camina y anda
Deja ya las caras largas,
¿No ves que nos amargas?

Amargas, si mujer, a los titiriteros,
Desde acá arriba decidimos quienes son trofeos.
Entristeces, si mujer, a los que manejan los hilos,
No te enojes, no mujer, con los amos del destino.

Te haremos hermosa mujer, por dentro y por fuera,
Y harás a todos felices, aunque no lo quieran
Un cuerpo hecho a medida,
Tallado por el pensador,
"no habrá dolor ni partida,
Que le quite su esplendor."
"Eso es cruel", dijo el ángel,
"el humano ha de pecar,
Hazle un cuerpo simple,
Preparado para llorar."
Pero el se negó,
Era su obra más hermosa,
La pinto toda de rosa,
Y a la tierra la entrego.
El ángel se enfureció,
Pero el daño estaba hecho
Y por eso de su pecho,
La tristeza reprimió.
"No seas cruel pensador,
Déjala ser un humano,
Déjame darle una mano,
Para que exprese su dolor."
-"No la tocaras jamás,
Yo la diseñe perfecta,
Es mi mejor creación,
No harás que me arrepienta"
-"Te prometo no cambiarla,
Seguirá siendo hermosa,
Déjame ser sus ojos,
Para que al mundo lo vea rosa."
Y así fue que se escapo,
Ese ángel travieso,
Y el pensador lo dejo ir,
Que romántico era eso.
Lo que pasó después,
Es difícil de explicar,
Vimos algo tan magnífico,
Que nos hizo emocionar.
El cuerpo más hermoso,
Orgullo del pensador,
Y aquel carisma único,
Que el hombre prometió.
Pero más hermoso aun,
Y todavía más sorprendente,
Cuando te vimos a los ojos,
¿Cómo podemos explicarte?
Un ángel desnudo ahí,
Un ángel nos miraba,
Un ángel nos sonreía,
Te sentía, y nos guiñaba.