viernes, 23 de septiembre de 2011

Ya no escribo lo que siento pero siento lo que escribo
aunque me mantengo esquivo para decir lo que intento.
Hacer ver en un papel que es aún más fácil que en la cara
suena rara la esperanza cuando ya no quedan dudas,
y desnudas fantasías ya concretas caen rotas
al oír sonar las notas que cantan de tus haceres
de saberte desnudada y entregada a sus placeres
alfileres de memorias olvidadas entre otras,
como gotas de agua dulce que contaminan las notas
donde escribo este pasado que pesado amor me agobia
al sentirte ya perdida como siente aquel que odia.
el que obvia las miradas ya no siente las mentiras
y entre caricias suicidan que camufla con la gente
se dejan libres las mentes y se quiebran los instantes
dividiendo por mitades dos vidas tan incoherentes;
a lugares diferentes con culturas tan distantes
que separan los amantes que nunca fueron fielmente
los retratos inherentes a parejas de poesía
que cada mañana fría recibían alejados
los designios de un contrario que aún tan bien no conocían.
Acontecían las fechas que llevaban a los tiempos
a culminar con los vientos de amor que antes eran brisas
y sonrisas gratis todas fueron vestidas de luto
cuando el amor dio la espalda y la distancia dio su fruto.

Ya no suenan las campanas ni corren los pasos firmes;
ni se abrazan los amantes que la guerra dejó libres.
Ya no se liberan almas por revoluciones largas;
y las peleas que peleamos solo dejan costas calmas.

Como luna sola y triste perdiste toda esperanza
al poner en la balanza tu sonrisa y la de ella;
decidiste ser más bella y por miedo a ser juzgada
terminaste dando nada regalada a la costumbre,
de besar por ser un hombre y no por amor al arte.
Entre tanto amar errante te encontré sola y perdida
y aunque ahora dios me diga que está mal pecar de mente
recuerdo mi mente ausente en el instante de besarte
y me pregunto realmente si no sentencié a mi muerte
sabiendo que te perdía y me mentía indiferente.
Queriendo creer que luego me dirías "Yo me quedo"
y sonreír al fin feliz para no empezar de nuevo;
este juego como un lego para armar sonrisas falsas.
Ya no quedan esperanzas ni fantasía inconclusas
cuando al verme te rehúsas a besarme nuevamente
sintiéndome diferente y vacío al confesarte
que besarte me hizo fuerte y aún sin que te dijera
que cada risa viajera y cada viaje propuesto
valieron escribir esto y sentirme triste ahora.
Y si tuviera de nuevo la chance de re-elegirte
no dudaría en decirte como debí decir antes
que no quiero ser tu amante ni tampoco tu Romeo
solo quiero ser un juego que disfrutes acordarte
cuando estés allá distante y te sientas sola y con miedo.

Ya no suenan las campanas ni corren los pasos firmes;
ni se abrazan los amantes que la guerra dejó libres.
Ya no se liberan almas por revoluciones largas;
y las peleas que peleamos solo dejan costas calmas.

Toda voz lleva una rima atada a cada circunstancia
que demuestra a la distancia que tu ausencia es mal de males.
De placeres no pensados ni penados en banquetes
donde cada vez que metes tu mirada se hace noche
como esa tarde en el coche donde nadie nos miraba
y tu cara con mi cara, y mi mano en tu cintura,
y tu boca con soltura, y tu mente en su recelo
se enredaron en tu pelo como lágrimas sin dudas
esquivamos las fortunas pero encendimos un fuego
en donde iba a quemar luego las cartas que me escribiste
para no sentirme triste cuando juegues otro juego.
Como maestro del ego me enojé con tus deidades
y contra sus ideales nos seguimos viendo a obscuras
y aunque las luchas futuras duden de nuestras verdades
saben bien cuanto me vales y que te amé como a ninguna.

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