lunes, 17 de mayo de 2010

Dícese

Dícese de aquellos dos que estaban sentados, debatiendo, en búsqueda de la necesidad de respuestas. Dícese también que eran dos las preguntas, y no más de dos las que querían responder...


-Mirémoslo este modo entonces, haber si ahora si nos podemos sostener en algo.
Imagínate aquel que tiene un pájaro, un pájaro hermoso de aquellos multicolores que te alegran el día al verlo. Imagínate que lo cuidó y lo limpió. Imagínate también el tiempo que compartió con él, siendo este su único pájaro multicolor, desde ya su favorito.
Un día este pájaro se va, mas presa de su naturaleza que de su conciencia. Al verlo volar el se sienta y llora. Llora desolado, al verlo majestuoso contra la luz del sol al ponerse.

-Ahora si sería un momento propicio para formularnos la pregunta, haber si ahora si lo comprendemos. ¿Porque lo dejo ir, así sin más?

-Ajam. Me parece lógico.

-Pero ahora imaginemos otra circunstancia, otra completamente diferente. Imagínate a aquel cuidador de cuervos que se encuentra a uno en el piso, lastimado. Lo cuida, lo alimenta y lo acompaña hasta que el cuervo sana, a cuestas de tener las manos cortadas del pico feroz y de las garras filosas, impulsadas por el miedo. Imagínate que lo cuida aun cuando ya está sano, porque sabe que si lo deja libre volverá a ser lastimado, siendo aun dueño de la sangre de sus manos, víctima de las garras del bicho que ahora busca libertad.
Imaginemos que ahora el cuervo lo corta lo suficientemente profundo como para que el cuidador ya no pueda volver a trabajar, y por fin se escapa.
-Ahora, quizás sea un momento interesante para formular la segunda, pero no por eso menos importante, pregunta. ¿Porque lo cuidaba, si aun así lo lastimaba? ¿No es así?

-Por supuesto.

-Es en ese momento entonces, cuando el pájaro se escapa y el cuervo se siente libre, es que nos damos cuenta que por más que intentemos, jamás podremos entender por completo a los demás.
Porque cuando al cuidador de cuervos le preguntemos. ¿Porque lo dejo ir, así sin más, después de tanto esfuerzo? Probablemente el diga que lo amaba, que el cuervo necesitaba otra oportunidad, o que la sangre sale fácil de las manos. Aun así, probablemente este mintiendo.



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